Libro del Centenario de la AEU
Mariano Pérez Albacete
Alcanzar un centenario es algo trascendental en la evolución de una sociedad. Es índice de su arraigo, de su fuerza, de la buena marcha de su gestión y de la unión de sus afiliados, que han sabido sortear cuantas vicisitudes se han presentado en tan largo periodo.
La historia de la Asociación Española de Urología se encuentra jalonada de importantes acontecimientos que han marcado su rumbo y forjado su propia entidad. Fue fundada en 1911 por el Dr. González Bravo, quien fue su primer presidente electo. Su personal energía y el convencimiento de la necesidad de disponer de un medio para aglutinar en su seno a cuantos, en nuestro país, tenían predilección por la atención de los enfermos de afecciones de las Vías Urinarias, fueron los motores que le impulsaron a ello. Aventura que, con la colaboración de su ayudante el Dr. Negrete de los Reyes, llevó a buen término.
En los primeros estatutos se recoge ya su principal objetivo, unificar los criterios de estudio mediante la celebración de sesiones científicas y de congresos. Esta finalidad ha sido mantenida por los veinte presidentes que le han seguido, y que, además, han sabido adecuar su actividad a los cambios producidos para lograr una Asociación cada vez más copiosa en contenido científico.
Consciente, como segundo director de la Oficina de Historia, de la trascendencia del aniversario y de la importancia de que los socios conocieran el desarrollo y la evolución de la AEU a lo largo de la centuria, me esforcé en llevar a cabo una amplia investigación que reuniera todos los pormenores que han ocurrido y que completa una síntesis histórica que, plasmada en el libro que se entrega en este congreso, pudiera ser objeto de lectura y consulta.
Desde un principio la obra se diseñó con la idea de resaltar la personalidad de cada uno de los veintiún presidentes que la han dirigido y la labor efectuada así como de narrar los acontecimientos más relevantes acaecidos durante el periodo de cada uno de sus mandatos.
Para su redacción se distribuyó en tres partes. En la primera, el Dr. Maganto Pavón, quien promovió la creación de la Oficina de Historia en 1997, realiza una introducción histórica donde se exponen las condiciones imperantes en nuestro país que dieron lugar al nacimiento de las especialidades y los hechos que condujeron a la fundación de la Asociación, a la elaboración de sus primeros estatutos y a la elección de su primera Junta Directiva. Capítulo que, redactado con excelente pluma, clarifica con la pulcritud y justeza dignas de un académico, el desarrollo de la significativa etapa que dio origen a nuestra sociedad.
Me correspondió, preparar la segunda parte, que comprende los avatares tenidos a todo lo largo del siglo XX, lo que ha supuesto revisar todas las publicaciones periódicas urológicas y múltiples médicas de contenido general, con reseñas sobre la especialidad y de las actividades mantenidas por la AEU en su primera mitad de vida. Extensa heurística que ha permitido obtener numerosos datos inéditos además de una variada iconografía.
Tras la escasa y pobre bibliografía encontrada en los años de la postguerra, ya que únicamente se localizan algunas noticias en Archivos Españoles de Urología, es a partir de los años setenta cuando, tanto de las actas de la Asociación y de las de sus asambleas y crónicas congresuales, como de los boletines de información editados por la Directiva extraemos cuantiosa documentación y testimonios sobre la cada vez mayor cantidad de actos celebrados.
Escrita por el actual director de la oficina, Dr. Otero Tejero, la tercera engloba el siglo XXI, ha sido sin duda, la más comprometida y difícil de redactar dada la cercanía en el tiempo, la abundancia de eventos acaecidos y lo espinoso de compendiarlos de modo satisfactorio, lo que ha sabido sortear con una brillante ilación de los hechos al reflejar sobre todo el interés científico y ha dejado clara constancia de su buen hacer.
Disponíamos de múltiples fichas y notas cuyos contenidos hemos tenido que extractar y resumir, para resaltar los que hemos considerado más significativos, porque, de extendernos más, ampliar o entrar en pequeños detalles, hubiese resultado una obra pesada y de farragosa lectura. En aras de la simplificación optamos por prescindir de lo superfluo para centrarnos en lo fundamental como es la adecuación del modelo organizativo a la exigencia de los tiempos y el papel desempeñado por sus dirigentes.
Nos hubiese gustado incluir las fotos de cuantos han pertenecido a la directiva, colaborado o participado en sesiones científicas, congresos, jornadas, simposios, etc., pero era inviable dado su gran número, así que la disponibilidad y la calidad fotográficas han sido las que han indicado su reproducción.
En la página Web de la AEU, en el apartado de la Oficina de Historia, se encuentran varios artículos y sueltos, que, extraídos del material obtenido y recopilados por temas amplían el entendimiento de nuestra historia. Proseguimos con la redacción de otras destacadas efemérides.
En el prólogo, el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Dr. Díaz-Rubio, muestra la satisfacción de tener en sus manos un libro que permite hacer balance del cambio que la Medicina ofrece a lo largo del tiempo y que enriquece nuestra historia.
Los Dres. Villavicencio y Castiñeiras han contribuido con su estímulo y apoyo a la culminación de la obra a la que consideran de gran trascendencia para saber del pasado de la Asociación, que consolida su trayectoria y que justifica por sí sola el esfuerzo efectuado y a la que añaden en sus páginas, dos anexos y un sentido prefacio donde se analizan los retos que nos depara el futuro.
El fruto de nuestro trabajo lo tienen en sus manos, un volumen de magnífica presentación y calidad, que la editorial ha compuesto con gran acierto, que reúne la esencia de la historia de la AEU y da un repaso a todo lo acontecido, con sus actos, reuniones, compromisos, contactos, etc., animado con abundantes imágenes. Para cuantos han vivido parte de ellos significará rememorar facetas y episodios pretéritos, con algo de nostalgia en ocasiones. Para los jóvenes, conocer nuestra trayectoria y comprender el alcance logrado por nuestra especialidad.
Los autores esperamos que cuente con el general beneplácito, si se aprecia alguna omisión, confusión o fallo no advertido, pedimos disculpas, ya que podemos asegurar que han sido totalmente involuntarios. Los observados en la impresión los señalamos en una hoja de "fe de erratas".
Por último queremos agradecer el respaldo y la colaboración que hemos tenido de diversos compañeros y especialmente del resto de los miembros de la Oficina de Historia. Quienes la integramos nos encontramos satisfechos de la labor llevada a cabo y del resultado obtenido.
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