Tratado Médico-Quirúrgico de
las enfermedades de las vías de la orina. Tomo Segundo.
En este segundo tomo de su obra "Tratado Médico-Quirúrgico de las enfermedades de las vías de la orina", Don Juan Naval finaliza el estudio de las afecciones del aparato urinario, ultima el de la patología vesical, iniciado en el tomo anterior, y expone finalmente el relativo a la uretra.
Realiza un repaso amplio y ordenado de esta parte de la Urología con citas de algunos médicos europeos, como Morgagni y Chopart, que contribuyeron decisivamente a los cambios acontecidos a lo largo del siglo XVIII y en los que Naval estuvo tan interesado.
Los capítulos quirúrgicos, que son los que pueden atraer más nuestra atención, se centran en la litiasis vesical, uretral y perineal en sus diferentes aspectos, que explica de modo resumido, pero muy claro y sistemático, con objeto que el lector aprenda la técnica más correcta posible y factible de tratar estos procesos, que provocaban un gran respeto en los médicos de aquella época.
Las referencias a cirujanos franceses e ingleses como Le Dran, Desault y Cheselden, así como a las conclusiones de los Cursos de Operaciones de Cirugía de Cádiz, confirman la actualización y los conocimientos que nuestro autor había alcanzado sobre algunos modos de operar estas afecciones.
|
La descripción de las enfermedades de la uretra ocupa más de la mitad del libro, en el que expone el cateterismo vesical con una perspectiva amplia y no obstante detallada, lo que posiblemente facilitó a sus lectores aproximarse a estas técnicas tan necesarias y a la vez complicadas en una época en la que las publicaciones acerca de la patología urológica y su resolución no eran habituales.
No creemos que nuestro autor acometiera personalmente
estas técnicas quirúrgicas, como ocurría a gran número de autores de
libros de Medicina y Cirugía, aportando solamente su conocimiento
teórico, no su propia experiencia, dejando y aconsejando la realización
de las mismas a los cirujanos o los prácticos.
Don Juan Naval quiere romper una lanza a favor del tratamiento
quirúrgico de la litiasis vesical. Se permite incluso la licencia de
objetar a Hipócrates, “uno de los filósofos más esclarecidos y
juiciosos”, por recomendar éste a los médicos abstenerse de practicar
esta intervención para no manchar su reputación, exhortación que según
nuestro autor ha constituido “un consejo muy saludable a los prácticos
pero perjudicial a los enfermos”.
Como el Tomo I, la lectura es cómoda y fluida, no presentando ninguna
dificultad para su comprensión y nos traslada al saber, a las ideas y a
las formas de actuar de nuestros antecesores en aquel periodo de tiempo
tan decisivo para la historia de nuestra nación.
Con la publicación de este facsímil se completa la obra urológica de
Juan Naval. La Oficina de Historia de la Asociación Española de Urología
ha querido hacer llegar a los urólogos españoles este capítulo tan
interesante de nuestra especialidad correspondiente al siglo XVIII y
contribuir al conocimiento y recuerdo en aquella época de nuestra
Historia.
Ignacio Otero Tejero
Mariano Pérez Albacete
Javier Angulo Cuesta
Juan José Gómiz León
Ataulfo Sáiz Carrero
Manuel García Tenorio
Oficina de Historia
Asociación Española de Urología
Excedit animus,
quem proposuit terminum,
Sed difficulter continetur spiritus,
Integratis qui sinceae conscius,
A noxorium premitur insolentiis
Qui sint, requires: apparebunt temporePhaedrus |
Mi ánimo sobrepasa el
límite que me propuse,
pero difícilmente se puede reprimir el espíritu,
que convencido de su sincera integridad
es oprimido por las calumnias de los perversos
¿Quiénes son, te preguntas? Ellos se darán a conocer con el
tiempoFedro |
Fragmento del epílogo
"Quien da presto, da dos veces", del Libro Cuarto de las
Fábulas de Fedro que se encuentra en el Tomo I de la obra de
Juan Naval. Traducción realizada por Dª María Jesús de Irízar
Ortega, Licenciada en Filología Clásica |
|
|