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Tema:
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Historia de la Urología |
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Poster Virtual |
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INTRODUCCIÓN La vasectomía constituye un fenómeno histórico y social con divergentes valoraciones y amplias consecuencias demográficas y legales. No es sorprendente, por tanto, que en la historia de este procedimiento estudiado inicialmente por Astley Cooper haya que hablar de errores de comprensión sobre sus consecuencias fisiopatológicas, falsas creencias e indicaciones erróneas indebidamente olvidadas. MATERIAL Y MÉTODO Revisión a través de PubMed de estudios publicados sobre aspectos históricos de la conceptualización anatómica de los conductos deferentes y la práctica quirúrgica de la vasectomía, focalizando esta investigación sobre las hipótesis previamente asumidas de las consecuencias fisiopatológicas de dicha intervención y las diferentes indicaciones con las que se justificó la técnica durante los siglos XIX y primera mitad del XX . RESULTADOS Las diferentes investigaciones realizadas por Eugen Steinach (1861-1944) sobre la función testicular en animales, le llevaron a concluir que la práctica de la vasectomía era capaz de inducir un aumento en la producción de células germinales, deduciendo que esto producía un rejuvenecimiento de varias funciones orgánicas, incluyendo el área de la sexualidad. Con este objetivo, se realizaron miles de estas intervenciones hasta los años 40 del siglo XX en la que esta indicación cayó en desuso. Adicionalmente, A.J. Ochsner defendía, en las primeras décadas del siglo finalizado, la vasectomía como práctica eugenésica para erradicar las enfermedades hereditarias de la humanidad y, para sustituir benévolamente así la castración, que se recomendaba como castigo de ciertos crímenes. La progresiva aceptación de estas ideas hizo que en 1937 la esterilización forzosa sobre colectivos vulnerables estuviera implantada ya en 32 estados de EEUU y en varios países de Europa. CONCLUSIÓN Después de valorar de modo crítico las diversas indicaciones encontradas en la bibliogarafía revisada, llama la atención la falta de objetividad científica demostrada por sus primeros impulsores al informar sobre los resultados de un posible efecto rejuvenecedor posteriormente descartado. Asímismo, parece preocupante la amplia aceptación de la que gozó esta técnica quirúrgica, por parte del colectivo médico, como práctica realizada sin consentimiento de los pacientes o en clara oposición a los deseos de los mismos durante décadas, recibiendo incluso extensos apoyos legislativos.
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