OBJETIVOS: El Gobierno Vasco organizó y fundó en el Hospital de Basurto (Bilbao) una Facultad de Medicina Vasca que fue desmantelada y prohibida cuando los Falangistas ocuparon el País Vasco en 1937. MATERIAL Y MÉTODO: Se revisan fuentes documentales del Museo de Historia de la Medicina Vasca y algunos testimonios sobre la vida y obra de los urólogos bilbaínos que sufrieron prohibición de ejercicio profesional y persecución por participar en la fundación de la Facultad de Medicina de la primera Universidad Vasca. RESULTADOS: Julian Guimón Rezola (1898-1980) fue Jefe de Cirugía en el Hospital de Basurto en 1936, responsable de establecer el curriculum urológico de la Facultad de Medicina y fundador de la Escuela Vasca de Enfermería. Sentenciado primero a muerte y luego a cadena perpetua fue encarcelado en Puerto de Santa María hasta 1940. Su tesón y enorme capacidad de trabajo le ayudaron restablecer su posición profesional en medicina privada. Viajó a EEUU para actualizarse. Fundó el Igualatorio Médico-Quirúrgico y tuvo próspera vida profesional y familiar. Francisco Pérez Andrés (1886-1949) organizó en 1919 el primer servicio de urología en el Hospital de Basurto y colaboró con la fundación del Instituto de Especialidades Médicas en 1934. Se exilió y trabajó en el Hospital Roseraie (Biarritz) para refugiados vascos. Por ello, y por su condición de socialista, fue también sentenciado a muerte. Su pena fue conmutada por encarcelamiento. Nunca llegó a recuperarse profesionalmente. Jesus Arrese Axpe (1879-1943) fue socio fundador de la Asociación Española de Urología en 1911, médico del Club Deportivo Bilbao y director médico del Hospital de Basurto en 1933. Inauguró la Universidad Vasca en diciembre de 1936 con el Lehendakari Aguirre. Durante la guerra se trasladó a Barcelona y, desde allí, a Venezuela donde trabajó como médico en minas de carbón. CONCLUSIÓN: Los urólogos que colaboraron con la planificación de la Universidad Vasca en 1936 fueron severamente perseguidos por su doble lealtad al Gobierno de la República y al Gobierno de Euskadi hasta enfrentarse a penas de cárcel o exilio. Nunca se les dio la oportunidad de depurar sus responsabilidades políticas ni de recuperar cargos públicos o académicos.
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