Tras la brillantez y el alto nivel adquirido por la Medicina española durante el Renacimiento, comienza una etapa de declive con la llegada al trono del rey Felipe II, debido al aislamiento al que somete al país y que provoca un atraso en el desarrollo y en el avance de las Ciencias; la asistencia médica y quirúrgica españolas era calamitosa lo que se ponía más de manifiesto en los ejércitos españoles hasta tal extremo que en los navíos de la Armada era mayor el número de los heridos que fallecían que los que sanaban. Ante esta situación la creación del Real Colegio de Cirugía de la Armada en Cádiz por D. Pedro Virgili supuso el realce de la cirugía en nuestro país.

Material y métodos: Revisamos todos los trabajos que sobre el Real Colegio de Cirugía de Cádiz hemos localizado y entresacamos la aportación urológica que en los mismos se describe que se realizó.

Resultados:

El Real Colegio de Cirujanos de la Armada de Cádiz se inauguró en 1750 y se colocó desde su comienzo a la altura de los más importantes centros de formación quirúrgica del mundo, en él se celebraban todas las semanas unas Jornadas Literarias en la «Asamblea Amistosa Literaria Jorge Juan», en las que exponían observaciones de las patologías asistidas los profesores del cuadro médico, destacan D. Pedro Virgili (1699-1777) y D. Francisco Canivell Vila (1721-1797), por sus memorias urológicas además de ser ambos expertos litotomistas.

D. Pedro Virgili practicaba la litotomía con especial habilidad según la manera de Fray Cosme, de la que realizó más de veintiocho operaciones, seguidas de éxito efectuadas con facilidad, prontitud y delicadeza; se conservan manuscritas cinco observaciones urológicas suyas leídas entre 1752 y 1755.

Francisco Canivell Vila extraía las piedras de la vejiga con gran seguridad y rapidez, tenía un tacto muy fino para conocer la existencia de litiasis vesical, perfeccionó y mejoró la técnica del cirujano Lancet, del aparato lateral, simplificándola, con lo que acortó el tiempo de ejecución, método con el que efectuó más de cien intervenciones; leyó, entre 1762 y 1788, y se guardan, seis memorias urológicas suyas.