Su vida fue una dedicación constante a su profesión, se entregaba de
pleno a ella y a sus enfermos. Persona de carácter sencillo y afable
en el trato, de aspecto taciturno y hermético, trabajador
perseverante durante todo lo que le daba de sí su tiempo y gran
publicista, su obra queda recogida en un centenar de publicaciones
de Urología, además de traducciones y de análisis bibliográficos.
Catedrático de Medicina Legal y jefe del servicio de Urología del
Hospital Central de la Cruz Roja de San José y Santa Adela, de
Madrid, donde desarrolló toda su labor asistencial, donde creó un
Servicio de alto nivel y donde se formó un gran número de urólogos.
Fue miembro fundador, en 1911, de la Asociación Española de Urología
de la que fue elegido secretario de actas de 1917 a 1923, fue vocal
durante cuatro años, nombrado secretario general en 1930 y en 1933
designado vicepresidente.
Nace el 21 de marzo de
1887, en La Unión, población minera de Murcia, cercana a Cartagena;
en Madrid estudia Medicina en la Facultad de San Carlos, en la que
fue alumno interno por oposición y se licencia en 1909, se matricula
en el Instituto Rubio y, durante dos años, permaneció aprendiendo
las técnicas quirúrgicas urológicas, después marchó, primero a
París, al hospital Necker, con los profesores Pasteau, Legueu,
Michon, Chevasu y Marion, posteriormente a Berlín y después a
Londres; en 1913 regresó a España y se incorpora a trabajar en el
dispensario de Vías Urinarias del Instituto Rubio de Madrid, junto
al Dr. González Bravo; en 1915 obtiene el premio extraordinario del
doctorado y, en 1917, recibe el de la Real Academia Nacional de
Medicina, en julio de dicho año logra una plaza de médico forense y
en 1923 gana por oposición la cátedra de Medicina Legal y
Toxicología de la Universidad de Sevilla, de la que pide la
excedencia, y es nombrado agregado al Instituto de Medicina Legal,
Toxicología y Psiquiatría, de Madrid. En 1926 es designado jefe del
servicio de Urología del Hospital Central de la Cruz Roja de San
José y Santa Adela, de Madrid, su prestigio profesional le hizo ser
llamado para atender al príncipe de Asturias.
Durante la guerra civil, en Burgos, le encargan
la organización de los hospitales de campaña de la Cruz Roja; el 31
de marzo de 1938 una infección adquirida al atender a los heridos en
el frente desencadenó una septicemia que puso fin a su vida a los
cincuenta años de edad.