La correspondencia de Pedro recuperada en la documentación de Joaquín Al-barrán e información biográfica vinculante, nos permiten analizar los acontecimientos que entrelazan la vida de los hermanos Albarrán. La orfandad temprana condicionó que Pedro asumiera un papel determinante en la vida del hermano menor, creándose entre ambos una relación ejemplar, de idolatría y admiración recíprocas, inalterable en la distancia gra-cias a un entrañable intercambio epistolar. Si la autoridad profesional de Joaquín Albarrán fue determinante en el desarrollo de la Urología moderna y ejerció una influencia rectora con proyección internacional, su hermano Pedro, poseedor de una sólida formación junto a Guyon y su hermano Joaquín, estableció un vínculo directo con la Escuela de Necker, impulsando el desarrollo de la Urología cubana a comienzos del siglo XX y transmitiendo sus experiencias a discípulos como Luis Felipe Rodríguez Molina, quien condujo sus destinos hasta 1960. Pedro fue elegido presidente de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana (1900-1906) y presidente del I Congreso Médico Nacional en 1905. Su fallecimiento en La Habana, el 10 de agosto de 1911, ensombreció aún más la vida de Joaquín Albarrán en los últimos meses de su enfermedad en Arcachón, antes de su partida física el 17 de enero de 1912, poniendo fin a un hermoso capítulo de la historia de la urología hispana.